martes, 19 de junio de 2012

PROMETEO, LA PELÍCULA: DONDE LO ÚNICO QUE NO SE SALVA ES LO HUMANO

Prometeo simboliza en la mitología griega el titán amigo de los mortales ( y tal vez su propio creador, según algunas versiones de la biblioteca mitológica ) que se enfrenta desafiante a sus pares robándoles el fuego "original" para dárselo a los humanos, para luego tener que afrontar el castigo por su osadía.
En la película no se entiende muy bien qué simbología se vuelve funcional a este héroe, pero lo que sí es evidente es que mientras Prometeo robó el fuego para que los humanos pudieran calentarse, el sagitariano Ridley Scott deja en esta película a todos los humanos fríos y sin la menor calidez, tomando una distancia absoluta de ellos, perdiendo así la oportunidad de lograr una identifiación necesaria con todos o al menos algunos de los personajes, para que la obra tenga chances de convertirse en leyenda u objeto de culto, ganando un lugar en el corazón de la gente.

Efectivamente, en esta película es casi imposible conectarse con la humanidad de los personajes, y por lo tanto preocuparse y sufrir junto con ellos cuando están en peligro. 
Y así, la paradoja de un film que trata de desarrollar una épica sobre la supervivencia humana es que, dentro de ella, lo único que no sobrevive es lo humano. 
Los personajes carecen absolutamente de desarrollo ( todo lo contrario a las dos obras maestras previas de ciencia-ficción de Ridley Scott que incluso llegaron a re-definir el género y fueron copiadas hasta el infinito ) a tal punto de llevarnos a pensar que el propio Scott vé ahora ( al igual que "Los Ingenieros" ) a sus congéneres como caducos, estériles, vacíos y de necesario reemplazo. 
El hecho de que el único querible y carismático resulte un androide ( excelente personificación del ariano Michael Fassbender ), dice bastantes cosas sobre las debilidades del film.
GUIÓN 
Co-escrito por Jon Spaithts y Damon Lindelof, el hilo narrativo deja una sensación de vacío, de “plot hole”, de historia fallida y sin foco, agujeros narrativos, incoherencia y situaciones incompletas que no cierran, no se explican y no se entienden, típica de la confusión que genera el tratar de servir a demasiados amos. 
Aunque estas falacias parecen haberse constituído ya en un estilo en el cine del siglo 21 ( se crean incógnitas especulativas en lugar de historias coherentes, para originar debates en redes sociales, blogs y webs, y se continúan las historias en base a los resultados de dichos debates ), a nosotros nos resultan absolutamente impresentables porque de esta manera guionistas y directores ya no producen un trabajo basado en sus propias capacidades estéticas e intelectuales, sinó que simplemente construyen una mega-estructura y luego monitorean las tendencias de los foros donde miles de fans especulan sobre qué pudo o no pudo significar o haber pasado, o qué sentido pudieron haber tenido los sinsentidos, luego les roban las ideas y con ese material construyen las sagas, en las cuales las resoluciones de los cabos sueltos se basan en las explicaciones ajenas a ellos que predominan en Internet ( el más patético ejemplo de esto fue la espantosa definición de la serie “Lost” del canceriano J.J.Abrams ). 
Siendo tan pobres los resultados del guión, se vuelve más absurdo el secretismo inútil que Ridley Scott impuso en los momentos previos del estreno, intentando encubrir detalles de la historia y obligando al elenco a firmar cláusulas que le prohibían revelar detalles de la historia. 
¿Qué es lo que se deseaba proteger?. 
A decir verdad, absolutamente nada de lo que muestra el guión vale mínimamente la pena semejante proteccionismo paranoico. 
LO BUENO 
Un intrincado e impresionante diseño de inmersión visual, técnicamente impecable, rescata un sentido de maravilla magistralmente manejado por Scott ( que antes de ser director de cine fue camarógrafo, y sabe expresarse como nadie a través del diseño de las imágenes y el sentido del encuadre ), un banquete visual en 3D que es el nuevo verdadero protagonista del cine del siglo 21. 
Sin pasos en falso lo secundan en los efectos Richadr Stammers basado en el diseño de producción de Arthur Max, y en la impecable fotografía, Darusz Wolski. 
Con algunas imágenes que nos presentan una sorpresiva evocación ( suponemos que a título de homenaje ) a 2001 Odisea en el Espacio, incluyendo el nombre del androide que protagoniza el film ( David ) evocando al humano que finalmente desconecta a la rebelde computadora HAL 9000 y una clonación ( sobre todo durante la primer media hora ) de secuencias, estética y símbolos de su obra maestra, Alien ( aunque esta vez en una atmósfera nó claustrofóbica y oscura como aquélla ) que la hacen merecedora del título de precuela, la película explica muchas cosas que quedaron como incógnitas del Alien original.
Las obsesiones de Ridley Scott ( que se repiten a lo largo de toda su carrera y no sólo en sus obras de ficción ), quedan plasmadas con intensidad: relaciones fracturadas y conflictivas entre padres e hijos y desgarradores abandonos jamás explicados encuentran el marco ideal en el planteo de la búsqueda de los padres de la raza humana a través de los confines del Universo, pretendiendo ingenuamente encontrar una deidad necesariamente bondadosa ( cuestionando la seriedad de ideas científicas, filosóficas y sobre todo religiosas que defienden la creencia de un poder superior justo ), sólo para descubrir irónicamente un legado vacío, cínico, aterrador como pocos en su silencio y desdén, pero necesariamente más cercano a la realidad.
Y aquí reside el único terror que provoca Prometeo: el dejarnos solos y abandonados por nuestros padres genéticos, y además rechazados con desdén por ellos.
En una excelente escena de la película que resume este paradigma, el androide David y el humano Charlie Holloway ( personificado por el escorpiano Logan Marshall-Green ) especulan sobre las razones que los dioses podrían haber tenido para crear al hombre, y David pregunta a Holloway:
"¿Y Ustedes porqué me crearon a mí?"
A lo cual el humano contesta un tanto displiscentemente:
"¡Porque podíamos!"
Ante lo cual David responde socarrona y resentidamente:
"No creo que a Uds. les guste que sus creadores le respondan de esa misma manera"
COSAS QUE NO QUEDAN EN CLARO
No queda en claro si Vickers ( la leonina Charlize Theron ), la comandante de la nave, es hija biológica de Peter Wayland, ( encarnado por Guy Pearce, Libra ) el excéntrico multimillonario que financió la expedición en busca de egoístas beneficios directos, o un androide ( que en un momento le diga "padre" aumenta dicha ambigüedad ).
No queda en claro porqué, al ser amenazada por la rueda gigantesca en la que se convierte la nave alienígena, sigue corriendo en su misma dirección en lugar de rodar hacia un costado para evitar ser aplastada, como sí lo hace inteligentemente Elizabeth Shaw ( la capricorniana Noomí Rapace ), principal propulsora ideológica del viaje.
No queda claro porqué los "Ingenieros" están tan obsesionados con destruír a su creación, los humanos, al extremo de desarrollar una tan terrible arma biológica ( los "aliens" ) que se les escapa de las manos y los destruye a ellos.
Tal parece ser su obsesión con acabarnos, que el único "Ingeniero" sobreviviente apenas es resucitado, en lo único que piensa es en reiniciar la hasta entonces fallida misión y dirigirse inmediatamente hacia nuestro planeta con su carga de muerte.
No queda clara la introducción de la película, en la cual un "ingeniero" humanoide alienígena se autoinmola bebiendo una pócima ( que luego sabremos contiene la cepa del "alien", cuando el androide David intenta hacer lo mismo contaminando al terrícola Holloway ), que le produce una reacción biogenética que lo va desintegrando, y al dejarse caer por una cascada, genera el nacimiento de una nueva cadena de ADN, que se diseminará por un planeta que tampoco queda muy claro si es La Tierra.
¿Pretende Scott con esta escena simbolizar la manera en que los "ingenieros" crearon a los humanos?
Si es así, adolece de un grosero error, pues en una parte posterior de la película se descubre que la cadena de ADN humana y la de los "Ingenieros" son idénticas, mientras que la que se disuelve en las aguas es una mezcla entre la del extraterrestre y la de los "aliens".
COSAS QUE SÍ QUEDAN EN CLARO
Queda muy en claro que el androide David guarda un enorme resentimiento para con sus creadores, lo cual ya se anticipa a principios del film al mostrar sus esfuerzos por imitar al personaje principal de la película Lawrance de Arabia ( 1962 ), un inadaptado, rebelde e insolente ante sus superiores.
David intenta sin éxito un par de maniobras para transportar la semilla de los "aliens" a la Tierra, tal como había sido planeado originalmente por los "Ingenieros",  a través de la "inseminación" de Halloway y posteriormente de Shaw por distintos medios, a punto de llegar a sospecharse una connivencia con los extraterrestres, que luego la trama se encarga de descartar: David actúa por voluntad y resentimiento propio.
A diferencia de Blade Runner, donde el androide finalmente demuestra más grandeza y compasión que su creador humano, en Prometeo desea claramente destruír a su creador.
DESLICES
En el Alien original, el ser dentro del cuerpo de John Hurt se tardaba una cantidad considerable de tiempo hasta su impactante "parto" que constituyó una de las escenas más famosas e inesperadas del film.
Una vez consumada su salida de su huésped, veíamos un pequeño monstruito que escapaba a toda velocidad del alcance de los humanos, y que luego reaparecía convertido en el Alien por todos conocido.
En Prometeo, ese pequeño ser que vimos correr a esconderse en Alien, muta en un gigantesco pulpo ( nunca vimos si esto pasó ó nó en Alien, pero nos permitimos suponer que sí, en aras de no condenar contundentemente a Scott ) que, al inseminar luego al "Ingeniero" extraterrestre, abandona su cuerpo en forma inmediata, sin respetar el mismo período de gestación que había tenido con John Hurt en Alien.
Teniendo una vez más una consideración especial por Scott y su manera de enfrentar sus propios mitos, podríamos especular que esta diferencia de tiempos podría deberse a las diferencias metabólicas de cada receptor ( una biología más intensa podría acelerar los procesos ).
RESÚMEN
Prometeo es más grandiosa y elaborada que el Alien de 1979,  pero muchísimo menos interesante.
Se intenta reemplazar el horror con un asombro que dispersa en lugar de construír, el ingenio con espectáculo que distrae en lugar de concentrar, y se intenta torpemente dejar abierta la expectativa para una secuela, ya en preparación, que se llamará "Paradise" ( Paraíso ), irónico título que originalmente iba a ser el de esta película, y que le habria sentado con mayor coherencia que Prometeo.

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